Los desafíos cuando las minorías sean mayoría

Por Christopher Herrera / Correo Canadiense Periodico en Español

Posted: 2010-03-21


Las proyecciones hablan de un Canadá el 2031 con el 46% de su gente sobre 15 años de origen extranjero.


El imaginario de un Canadá con mayoría de habitantes de raza “blanca” y tradiciones anglosajonas está en extinción. En su lugar se levanta una realidad con rostros de inmigrantes.

Diferentes países, etnias y religiones que paulatinamente convergen en metrópolis como Toronto, Montreal o Vancouver, y que según el estudio “Proyecciones de la diversidad de la población canadiense del 2006 al 2031”, en las siguientes dos décadas protagonizarán un cambio drástico, cuando las minorías de hoy sean las mayorías del mañana.

Los números hablan de un Canadá con el 46% de su gente sobre 15 años de origen extranjero.

Nace la pregunta ¿qué pasará entonces? Dos expertos nos ayudan a analizar y a esgrimir una respuesta, dejando claro que el futuro se compone de dos palabras: oportunidad y desafío.

Daniel Schugurensky, coordinador del programa de Educación de Adultos y Desarrollo Comunitario del Ontario Institute for Studies in Education (OISE), de la Universidad de Toronto, tiene una preocupación respecto al impacto social de la realidad que se avecina:

“El primer desafío tiene que ver con políticas, leyes, normas y prácticas que eviten la discriminación y que promuevan la igualdad de oportunidades, en la escuela, en el trabajo, en la calle o donde sea. Lamentablemente la pobreza se relaciona con el país de nacimiento y el color de piel de las personas. En estos momentos el 20% de los inmigrantes tiene bajos ingresos en forma crónica, lo cual es más del doble de la tasa de las personas nacidas en Canadá. Las minorías visibles constituyen el 37% de las familias de Toronto pero representan el 59% de las familias pobres”.

Alejandra Bravo, directora de programas de liderazgo de Maytree Fundation, pone el acento en las políticas de gobierno, porque así como vamos, si las llamadas minorías visibles no están incluidas en organismos de representación popular, en los próximos 20 años la representación ciudadana estará en manos entonces de una minoría.

“Es necesario comenzar desde ya con la implementación y adecuación de políticas publicas que aceleren la integración de las actuales minorías. No es necesario que sea inmediatamente en el parlamento u ocupando cargos de poder en las municipalidad, sino que se debe comenzar desde abajo, en las pequeñas agrupaciones colegios, etc.”, explica Bravo.

La ironía de la educación

Los inmigrantes en su mayoría llegan con una mejor preparación académica. Se dice también que el sistema canadiense está abierto a reconocer los estudios de aquellos inmigrantes con título universitario, pero en la práctica, vemos a choferes de taxi que son médicos, o la persona que hace aseo en oficinas es un flamante abogado o dentista.

Según Bravo, esto es uno de los desafíos pendientes, en donde se están haciendo cambios lentamente. “Servicios sociales, como el sistema de salud requiere más profesionales, además es un hecho que la población canadiense está envejeciendo, y entonces el sector productivo necesita acudir a los inmigrantes preparados que hay en Canadá”. La profesional destaca la iniciativa de mentores.

“Es un proyecto que comenzó en Toronto, y que ha dado tan buenos resultados que ya está aplicándose en otras zonas de Canadá. Se trata de poner a un profesional que actualmente trabaje de manera establecida, junto a otro profesional inmigrante, de manera que se integre y aprendan el uno del otro”, explica.

Y si de integración se trata, Schugurensky, ve necesario hacer una reflexión en el hecho de “vivir juntos”. “Una investigación reciente del periódico The Toronto Star concluyó que la policía de Toronto tiende a detener más gente de raza negra (el triple) que gente de raza blanca, aplicando una práctica que se conoce como “perfil racial” y que debería eliminarse cuanto antes”, dice el académico.

Añade que “tampoco debemos olvidar la discriminación espacial. En estos momentos la ciudad de Toronto está cada vez más segmentada geográficamente en barrios homogéneamente pudientes y homegéneamente pobres.

En Toronto hay cada vez menos barrios de ingresos mixtos, y las minorías visibles tienden a habitar en los barrios pobres. Eso debe revertirse pronto para que no lleguemos al 2031 con una ciudad fragmentada en barrios a los que nadie quiere entrar porque están cerrados y custodiados, y barrios a los que nadie quiere entrar porque son peligrosos”.


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